La pobreza vista desde la perspectiva de género plantea que las mujeres son pobres por razones de discriminación de género. Esto deriva en muchas vertientes como por ejemplo la desigualdad de las condiciones de trabajo que se presenta hoy en día para mujeres y hombres. El recurso fundamental para ambos es el trabajo; sin embargo, esto no parece importarle mucho a empresas como la de la Universidad Nacional Tecnológica del Cono Sur, de Villa El Salvador. En la noticia presentada anteriormente se puede observar claramente la discriminación que existe para con las dos secretarias que solo por el hecho de estar embarazadas han sido despedidas de sus trabajos.
Aquí se ve claramente que el poder seguir cumpliendo con sus quehaceres laborales se ve afectado por el acceso a estos campos en condiciones de desigualdad. El ya conocido estereotipo de que las mujeres asumen el trabajo doméstico y el cuidado de los hijos de manera casi exclusiva, sirve como útil excusa a las empresas para poder cometer este tipo de injusticias.
La determinación de los roles que debe tener el hombre y la mujer parten de la diferencia biológica que es innegable para ambos géneros. Es así, como en casos como las remuneraciones o las oportunidades de postular a mejores puestos de trabajo para las mujeres se ve detenida por un “techo de vidrio” que las limita y no les permite acceder a niveles superiores ocupacionales a la par con los hombres.
El hombre, hasta donde ha avanzado la ciencia, no puede embarazarse y por tanto para el nunca habrá este tipo de despidos injustos. Hay que ver la manera de hacerle frente a este tipo de hechos que se ven a diario en todo el mundo y que por obvias razones no se podrán cambiar de la noche a la mañana, sino que se tiene que pasar por un proceso de cambio de mentalidad en las personas, especialmente en los hombres.
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